
Tal y como pensábamos, la presentación de los resultados trimestrales el pasado jueves ha ayudado a Louis Vuitton (LVMH) a ir formando un suelo en su cotización, con una subida semanal del 3,4% que eleva ya la subida del último mes a un 9,9%. A pesar de ello, LVMH baja todavía un 23,1% en lo que va de año, penalizada, como el resto del sector de lujo, por la caída del mercado chino y por los aranceles de Trump.
El comportamiento, sin embargo, de Netflix, que es el otro valor que traíamos la semana pasada a nuestra sección, ha sido más discreto, con una caída semanal del 2,4%, que no le impide seguir acumulando un importante avance del 32,4% desde el uno de enero.
Vemos así de nuevo cómo la bolsa reacciona muy favorablemente a las buenas noticias en valores cuya cotización ha bajado y el precio se ha quedado atrás, pero no premia tanto a las empresas cuya cotización ha subido mucho y están en máximos, pese a que den buenos resultados, como ha sido el caso de Netflix. Alphabet sería otro ejemplo de este mismo tipo de respuesta, positiva pero no eufórica, de la bolsa a unos buenos resultados.
Pero la que sí ha sido eufórica ha sido la reacción de la Bolsa de Tokio a la firma de acuerdo comercial sobre aranceles entre Japón y Estados Unidos. Ese acuerdo, presentado por Trump como un gran éxito para Estados Unidos, al someter a Japón a aranceles del 15% comprometiéndoles a la vez a invertir determinados importes en EE.UU. a lo largo de los próximos años.
En cierto modo da la impresión de que los intereses de la economía norteamericana y de la japonesa están totalmente alineados, o al menos así parece que lo entienden los inversores que estos días han comprado acciones japonesas. El gráfico adjunto muestra al final una línea vertical al alza, que refleja la subida del 4,1% de esta última semana del Nikkei.
Pero, además, el gráfico nos muestra cómo el comportamiento del Nikkei ha sido muy paralelo a lo largo de todo el año al del S&P norteamericano. Vemos como el Nikkei, igual que el S&P, reaccionó positivamente a la elección de Trump el 4 de noviembre, y vemos también como luego entró en fase correctiva a partir de mediados de enero, para llegar a un mínimo anual a principios de abril tras el anuncio del Día de la Liberación. A partir de ahí la subida del Nikkei es fulgurante, hasta alcanzar su máximo histórico el pasado jueves en 42.065,8 puntos, en paralelo siempre al S&P.
No sabemos si el acuerdo comercial entre EE.UU. y la Unión Europea sentará igual de bien al Nikkei y al S&P como les ha sentado el acuerdo con Japón, pero de momento el alineamiento entre EE.UU. y Japón parece extremadamente sólido y fructífero.
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